La idea central del autor se basa en que la industria cultural funciona desde la promoción del consumo; es decir que las industrias de mass media están estrechamente relacionadas con la cultura de masas. Para esto, el consumidor es el objeto de estudio para posteriormente materializar el resultado de dicho análisis y hacer que este tenga acceso al el. Es importante resaltar que lo que diferencia a la industrial cultural de otras formas de control es precisamente la rapidez en la que estas logran generar una aceptación por parte del consumidor.
El autor también señala que los efectos que ha causado en ocasiones las industrias culturales promueve una nueva visión y posterior creación de nuevas formas de relaciones sociales enlazadas con la parte económica y cultural.
En conclusión Theodoro expone que las industrias culturales están absorbiendo de cierto modo a las sociedad en cada generación debido al fenómeno de saturación que a veces genera, llevando a los individuos a consumir o ver cosas innecesarias.
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